La insuficiencia cardíaca, a menudo mal entendida como simplemente un corazón más débil, es en realidad una afección grave en la que el corazón tiene dificultades para bombear sangre de manera eficaz por todo el cuerpo. Esto puede provocar daños en los tejidos debido a la falta de oxígeno y la acumulación de desechos, lo que en última instancia pone en peligro la vida. Si bien el tratamiento puede controlar los síntomas e incluso permitir la remisión, el diagnóstico temprano es crucial para obtener mejores resultados.
Desafortunadamente, detectar la insuficiencia cardíaca en sus primeras etapas suele resultar difícil. Los síntomas tienden a ser sutiles y fácilmente confundidos con otras dolencias comunes, lo que lleva a retrasos en el diagnóstico cuando la afección ya ha progresado. Los métodos de detección existentes son invasivos, costosos e inaccesibles para muchos, lo que dificulta aún más los esfuerzos de detección temprana.
Ahora, los investigadores creen que una simple prueba de saliva podría cambiar este panorama. Su atención se centra en una proteína llamada S100A7, cuyos niveles aumentan significativamente en personas que padecen insuficiencia cardíaca aguda, casi el doble en comparación con personas sanas.
El avance radica en una nueva prueba de ARN mensajero (ARNm) capaz de detectar estos niveles elevados de S100A7 en muestras de saliva. En ensayos iniciales en los que participaron 30 pacientes con insuficiencia cardíaca y seis voluntarios sanos, esta prueba de saliva demostró ser notablemente precisa. Coincidió con éxito con las pruebas médicas estándar de niveles de proteínas alrededor del 81% de las veces e incluso superó a las pruebas tradicionales al comparar los niveles de S100A7 entre pacientes con insuficiencia cardíaca e individuos sanos (82% de precisión versus 52%).
Si bien estos primeros resultados son prometedores, es esencial realizar más investigaciones con una población mucho más grande antes de que esta prueba de saliva esté ampliamente disponible. Si tiene éxito, podría revolucionar la detección de la insuficiencia cardíaca al ofrecer una forma sencilla, asequible y no invasiva de detectar la afección antes, lo que podría salvar innumerables vidas y mejorar los resultados de los pacientes.
“Este trabajo contribuye al desarrollo de una atención sanitaria personalizada ayudando a las personas a detectar signos y síntomas antes de la aparición de una enfermedad y a controlar fácilmente su progresión”, afirma Roxane Mutschler, estudiante de posgrado en biología sintética de la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia).































