Millones de personas en riesgo debido a que se encuentran “sustancias químicas eternas” en el agua potable del Reino Unido

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Investigaciones recientes revelan que se ha ordenado a las empresas de agua de todo el Reino Unido que aborden los niveles elevados de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), comúnmente conocidas como “sustancias químicas permanentes”, en las fuentes de agua potable que afectan a más de seis millones de personas. Los hallazgos, basados ​​en un análisis de la BBC, resaltan las crecientes preocupaciones sobre los posibles riesgos para la salud asociados con estos contaminantes persistentes.

¿Qué son los Forever Chemicals (PFAS)?

“Forever Chemicals” es un término colectivo para miles de sustancias artificiales ampliamente utilizadas desde la década de 1940 en una amplia gama de productos, desde sartenes y equipos médicos hasta uniformes escolares. Su misma persistencia (no se desmoronan fácilmente) es lo que les valió el nombre. Estos productos químicos se han infiltrado en el medio ambiente y han llegado a las fuentes de agua a través de procesos como el filtrado del agua de lluvia a través de vertederos, emisiones industriales y ejercicios de capacitación en extinción de incendios.

La magnitud del problema

La Inspección de Agua Potable (DWI) ha emitido avisos de cumplimiento a las empresas de agua cuando los niveles de PFAS superan el umbral de 0,01 microgramos por litro (ug/L), considerado un peligro potencial para la salud humana. El análisis de estos avisos muestra que al menos 9.432 pruebas en toda la red del Reino Unido registraron niveles de PFAS por encima de este límite. Desde 2021, las empresas de agua han realizado 1,7 millones de pruebas para 47 de los compuestos PFAS más preocupantes.

Preocupaciones de salud e investigaciones emergentes

El estudio de las PFAS es un campo de investigación en curso. Sin embargo, han surgido preocupaciones crecientes sobre los posibles efectos sobre la salud de ciertos compuestos de PFAS. A principios de este año, la Organización Mundial de la Salud señaló dos compuestos específicos, PFOA y PFOS, como potencialmente cancerígenos, lo que aumenta el riesgo de cáncer de tiroides, testículo y riñón. Ambas sustancias ahora han sido prohibidas.

Un desafío persistente para las empresas de agua

Megan Kirton, de la organización benéfica ambiental Fidra, explica que las propiedades químicas de los PFAS los hacen increíblemente difíciles de eliminar del agua. “Es una situación muy difícil”, afirmó, “porque es muy difícil sacar el PFAS del agua. Es como intentar sacar leche del café una vez que ya la has echado allí”.

Respuesta actual y panorama regulatorio

Actualmente, las empresas de agua deben aumentar las pruebas, ajustar o fortalecer el tratamiento del agua, o incluso eliminar fuentes enteras de agua cuando se detecta una infracción de PFAS. La Inspección de Agua Potable afirma que sus “programas de seguimiento de PFAS más completos” garantizan la confianza del público en la seguridad del agua.

Sin embargo, grupos y organizaciones ambientalistas como la Royal Society of Chemistry argumentan que las directrices actuales del Reino Unido no son legalmente vinculantes y deberían reducirse, y señalan que se han observado efectos sobre la salud en niveles muy bajos. Además, una revisión independiente del sistema de agua de Inglaterra y Gales, encargada por el gobierno, enfatizó la “necesidad de requisitos de tratamiento más estrictos” para proteger la salud pública y el medio ambiente.

Obstáculos financieros y tecnológicos

Eliminar las PFAS es un desafío importante, especialmente considerando la infraestructura actual de las instalaciones de tratamiento de agua. Si bien tecnologías como la nanofiltración podrían implementarse más ampliamente, son costosas y consumen mucha energía. Water UK estima que el tratamiento de PFAS cuesta actualmente 70 millones de libras esterlinas al año, una carga que, en su opinión, debería recaer en las propias empresas químicas, en lugar de trasladarse a los consumidores a través de las facturas del agua.

Un camino a seguir

El gobierno del Reino Unido está preparando actualmente un libro blanco que aborda estas preocupaciones, con cambios previstos en la Inspección del Agua Potable. Mientras la nación lidia con la contaminación generalizada de sus fuentes de agua por “químicos permanentes”, un esfuerzo concertado que incluya regulaciones más estrictas, tecnologías de tratamiento avanzadas y responsabilidad corporativa será crucial para salvaguardar la salud pública y proteger el medio ambiente.

Las empresas químicas deberían pagar los costes del tratamiento; Es realmente injusto que a las personas se les agregue esto en sus facturas de agua. — David Henderson, director ejecutivo de Water UK>